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"[…Soy pro-porno, pues no serlo es entregarle el sexo y la visualización del sexo a los hombres".
Anna Span
Mujeres de pechos grandes y glúteos "perfectos", siempre deseosas de sexo y listas para complacer; es la descripción típica de cualquier video porno en las páginas más visitadas como xvideos o youporn. El porno siempre es igual, plagado de estereotipos: los hombres son los protagonistas y sus necesidades son satisfechas de diversas maneras, mientras tanto las mujeres son las conejitas, colegialas, enfermeras, amas de casa, secretarias o cualquier personaje sensual. El porno mainstream —el más consumido— es una representación parcial del sexo, creado por y para hombres de mediana edad, en el que el cuerpo femenino es tan sólo un objeto de deseo y no es capaz de recibir placer. Dentro de las categorías racistas —asiáticas, latinas, negras o MILFS—, se deja de lado las fantasía no sólo de la mayoría de las mujeres, sino del grueso de la población en general. Bajo esta premisa, el feminismo toma estos productos audiovisuales y lo utiliza para retomar el control de su sexualidad.
Aunque existe un debate entre feministas antiporno y proporno, ambos bandos concuerdan en que la pornografía juega un papel importante en el aprendizaje autodidacta de los jóvenes. Las primeras consideran a la industria pornográfica como una maquinaria capitalista y no una herramienta de liberación sexual, pues como dice Germaine Greer "[…] la pornografía es la literatura de la prostitución".

Por su parte, las defensoras como Erika Lust, Anna Span, Petra Joy, entre otras —todas directoras de porno feminista—, consideran que tomar las riendas del porno significa tener voz en la visualización del sexo; además, la lucha por la erradicación del porno no resolvería el problema de trasfondo. Esta es una industria que se debe cambiar desde adentro, así que la propuesta feminista pretende crear este cambio.
El porno feminista no es una categoría más del tradicional dedicado al público femenino. En realidad, es una forma de erotismo en el cual los personajes, ya sean mujeres u hombres, son tratados como sujetos en vez de objetos sexuales. Para Erika Lust, directora sueca y la reina del porno alternativo, la utilización de imágenes sexuales explícitas reta las representaciones dominantes del género, orientación sexual, raza, etnicidad, posición social, capacidades, edad, fisionomía, fetiches y preferencias. Explora conceptos como el deseo, el poder, la belleza y el placer, para derribar barreras de inequidad y roles de género.
La categoría más criticada por el feminismo dentro del porno mainstream es el bondage hardcore, el cual muestra imágenes de dominación y sumisión; no obstante, la critica no va hacia el fetiche, sino a la falta de consentimiento explícito de la mujer, también a la constante repetición de roles en los que el hombre domina a la mujer, y lo convierte en el principal patrón de poder que vemos en la pornografía mayoritaria. Así, las pornógrafas feministas no quieren eliminar las dinámicas de poder, pero pretenden exponerlas de una manera más diversa, matizada y menos estereotípica, en la que el consentimiento de ambas partes sea más explícito.
Incluso se pretende desmentir el mito de que todas las mujeres, sin excepción, quieren ver un porno más amable, delicado y romántico, con escenas tapizadas de flores o chocolates. Para algunas mujeres, éste es el caso, pero no para todas. Del mismo modo, el porno feminista no asume la existencia de una única audiencia femenina, sino que reconoce la diversidad de espectadores con múltiples gustos y preferencias.
De la mano a esta filosofía de cambio, el porno feminista también es llamado porno ético, pues a diferencia del tradicional se pone un especial cuidado en la relación con los actores. Para prevenir que su labor sea denigrante, se busca la dignificación de estos a partir de salarios justos, trato digno y respeto. El porno en estos parámetros puede volverse una empresa socialmente responsable. Como bien ha comentado en repetidas ocasiones Lust: "Elegir qué porno ver es lo mismo que comprar carne y huevos en el súper […] Ser un consumidor responsable es algo importante, ya sea de comida o de porno".
Ahora si lo suyo es la excitación a través de la vista, te dejamos una pequeña lista de directoras feministas y sus propuestas que revolucionan el mundo del porno:

Premiada directora de cine feminista alemana, productora de cine y televisión, distribuidora, autora y fotógrafa. Es una de las pioneras del movimiento feminista que hace pornografía. Su género se describe como art-core, es decir, el foco está en la sexualidad desde la perspectiva femenina, el placer femenino y el juego creativo y sensual. Los temas comunes en sus películas incluyen sexo seguro, fantasías femeninas, masculinas y bisexualidad. Sus cintas Sexual Sushi (2006), Female Fantasies (2006), Feeling It… Not Faking It (2008) y The Female Voyeur (2011)
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